STEAMPUNK

Por Macarena Vargas E.

Imaginen siglos pasados, en donde el vapor impulsaba las máquinas. Tiempos en donde se creía que todo avance era creación de oscuras fuerzas y que todo inventor sucumbía ante la locura. Donde se soñó con increíbles viajes y máquinas extraordinarias que aún no existen.

Imaginen que en ese tiempo se hicieron posibles cada uno de esos sueños, avanzando la tecnología a nivel de nuestra época y aun más, teniendo que mantener oculto cada uno de sus engranajes y calderas ante la marginación de las masas.

Piensen en todas las posibles maravillas que pudieron haber creado con el impulso de las cuerdas y el vapor… Retengan las más imposibles… Eso es el STEAMPUNK.

El Steampunk se define como un subgénero de la fantasía y la ciencia ficción en donde la combustión a vapor es la principal fuente de energía y los complejos sistemas de cuerda son su perfecto complemento. Poco a poco se fue convirtiendo en una corriente estética, derivando incluso a la formación de una tribu urbana con el mismo nombre.

ORÍGENES Y PRECEDENTES


Lo que hoy conocemos como Steampunk se originó con la ciencia ficción en sí, en historias que fueron inspiradas por conceptos como la industrialización, el colonialismo, la investigación científica, la exploración y en personajes como Leonardo da Vinci, Thomas Alva Edison, Charles Babbage, Nikola Tesla.

Autores como Verne, HG Wells, H. Rider Haggard, George Griffith, Sir Arthur Conan Doyle, Garrett P. Serviss, Edgar Allan Poe, Mark Twain y Edgar Rice Burroughs trabajaron en un tipo de historias entonces denominadas Romanticismo Científico, que tuvieron su fin en los comienzos de la Primera Guerra Mundial.

El cine también exploró el Romanticismo Científico: “Viaje a la Luna” de Georges Melies en 1902 y la primera adaptación al cine de “20.000 leguas de viaje submarino” a manos de Stuart Paton -en 1916- se convirtieron en los primeros referentes visuales de este tipo de fantasías.

Una vez que el “futurismo” de estas historias se cumplió casi de forma profética o ya no parecían del todo imposibles, perdieron el interés de los lectores, hasta que a mediados de la década del 20 fueron retomadas para sus distintas adaptaciones a otros medios artísticos (como el filme “El Mundo Perdido” dirigido por Harry O. Hoyt en 1925), reinventando la época victoriana y creando un siglo XIX de avances científicos ocultos, muy similares a los que tenemos hoy.

Después de la Segunda Guerra Mundial proliferó el género de la ciencia ficción con las nuevas posibilidades fantásticas de la energía atómica y la destrucción del planeta, y es en medio de esta explosión atómica de óperas cósmico prehistóricas y mutantes que los cineastas de la Era Espacial dirigieron su atención hacia la era del vapor. Sin
embargo, no fue hasta el lanzamiento de 1954 de “20.000 leguas de viaje submarino” a manos de Walt Disney que se introdujo la ambientación científico-fantástica retro-victoriana en la edad atómica.

En la década del 60 el optimismo del romanticismo científico parecía desaparecer, hasta que, a finales de los años 70, se marcó el renacimiento y la solidificación final de lo que vendría a ser conocido como Steampunk, con autores como Ronald Clark, Christopher Priest, Philip José Farmer y Michael Moorcock.

En cuanto a las referencias cinematográficas del siglo XX, podemos incluir a autores como Barry Levinson con "El joven Sherlock Holmes” en 1985, Terry Gilliam con “Las aventuras del Barón Munchausen” en 1988, Robert Zemeckis, quién exploró este género en “Volver al futuro III” en 1990, Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro con “La Ciudad de los Niños Perdidos” en 1995, y Barry Sonnenfeld con “Wild Wild West” en 1999, filme que fue la cara pública de lo que vendría a ser conocido como Steampunk. Sin embargo, los seguidores del género consideraban en ese momento como máximo referente el cómic, convirtiéndose en la obra más significativa el título “La Liga de los Hombres Extraordinarios”.

EL PUNK EN EL STEAMPUNK

El término Steampunk aparece en 1987, en un juego de palabras entre “Steam”, vapor en inglés, y “Ciberpunk”, un subgénero de la ciencia ficción. En el 1971 Michael Moorcock, en la saga “A Nomad of the Timestreams”, junto a otros autores que ya habían escrito novelas con tintes de lo que vendría a ser el Steampunk, establecieron las bases que lo distinguirían de otros géneros.

A pesar de ser ése el origen de la palabra, se le ha atribuido, con el tiempo, un mayor significado en el índole estético al “punk” en el “Steampunk”, por su visualidad de decadencia marginal, lo “callejero” del estilo.

ESTÉTICA

A pesar que la base del Steampunk es la estética victoriana, puesto que sus precedentes pertenecen en su mayoría a este período, sus claves estéticas están diseminadas en un variopinto de estilos y elementos que, combinado con lo “callejero” del punk y la exageración tecnológica a base del vapor y la relojería, nos entregan como resultado una fantasía retorcida de la estética decimonónica en general.

Existen desde elementos prerrafaelistas, pasando por el romanticismo, el modernismo hasta llegar al neogótico, convirtiéndose en una especie de collage entre el siglo XVIII al XIX, utilizando el elemento victoriano y su oscuridad como un eje unificador.

Por lo tanto, la estética del Steampunk no es obligatoriamente victoriana, siempre y cuando se mantenga la esencia de sus fantasías y por supuesto, sus maquinarias.

EL STEAMPUNK EN PARALELO 24 MARGINADOS

El Steampunk fue utilizado como elemento visual unificador en la primera obra de teatro container de la Región de Antofagasta, “Paralelo 24 Marginados”, tomando como eje uno de sus personajes, Amable Contreras Alegría, que representa una combinación de estereotipos del estilo: el inventor/mecánico/maquinista, obviamente en estado marginado; a su alrededor, en lo
que es su espacio, se desarrollan los hechos.

Entonces, lo que en un principio nos puede parecer un oxidado callejón, se va transformando en un desfile de curiosos elementos con válvulas, tuberías, engranajes y medidores de presión, mientras el mismo personaje nos va revelando su función en la historia. Este lugar en que los personajes han aparecido sin ser consientes es en verdad todo un sistema, una “máquina” metafórica, en dónde inician un viaje que decide el destino de los marginados en el olvido.

Se jugó con cada elemento que pudiese denotar “tiempo” y “olvido” dentro de la estética steampunk y, a pesar de no existir un “color steampunk”, tomamos el recurrente elemento del óxido y el sepia, que junto a la “suciedad” relacionada con la marginación, detonaron el oscuro pero característico ambiente de “Paralelo 24 Marginados”.


+ Macarena Vargas E. Directora de arte y producción (Cine UV). Integra "La Sicaria"